Hola a todos,

Hace unos días despedimos a un nuevo grupo de chicas, que alojamos en nuestro refugio durante seis meses, para formarse en costura. Las despedidas son siempre algo tristes y no faltaron lágrimas, abrazos y buenos deseos para que todo les fuera bien en el futuro.

Por nuestra parte haremos un seguimiento durante los próximos dos años para ver si han conseguido trabajo y si les va todo bien en la vida. Provienen de aldeas muy remotas donde no tenían ninguna posibilidad de estudiar o conseguir trabajo, y algunas ya están trabajando en talleres de costura en sus aldeas o zonas próximas.

A Bindu, cuya situación familiar de extrema pobreza le impedía comenzar su propio negocio de costura, le compramos una máquina de coser (gracias Angie dice..!!), al igual que a Sonmaya. Cuando visitamos a Bindu recientemente también nos informamos sobre la situación de su hermana que perdió movilidad en las piernas tras caerse de un árbol hace tres años. Esperamos poder llevarla a Katmandú en breve para ver si estamos a tiempo de que recupere algo de movilidad. Ahora está en casa, sin posibilidad de estudios, y se mueve arrastrándose por el suelo para hacer de comer. Bindu nos dijo que nada la haría más feliz que ver a su hermana caminando. Sabe que su discapacidad le deparará un futuro no muy halagüeño, pues ¿quién querrá casarse con una discapacitada y… encima pobre?

Haremos lo que esté en nuestra mano para que estas niñas se puedan ganar la vida cosiendo y que la hermana de Bindu recupere funcionalidad.

Un fuerte abrazo a todos.

 

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