Mañana ya cojo rumbo hacia Nepal, a donde llegaré el miércoles. Siempre un vaivén de emociones que me acompañan al ir y al venir, pero ya con ganas de llegar a Hetauda y ver a nuestro personal local y a todas las niñas de la casa de acogida.

Espero que en estas Navidades los esfuerzos de estos últimos meses se vean recompensados y podamos ampliar nuestra familia de colaboradores, que son quienes nos permiten poder escolarizar a niños en zonas remotas y prevenir que se les utilice como mano de obra barata o para prostituirlos.

Nosotros seguimos demostrando con el trabajo diario que nuestra ilusión y entusiasmo siguen intactos. Recientemente hemos podido reagrupar a la familia de Neeta, aquella niña cuya familia vivía bajo un chamizo en una ladera y comían raíces para sobrevivir. Neeta sigue con nosotros, pero sus padres y hermanos viven en una casa pequeñita que compramos en las afueras de Hetauda, donde al padre le será más fácil encontrar trabajo y poder alimentar a su familia.

Nuestro personal local sigue recorriendo aldeas para distribuir material escolar en las 35 aldeas donde trabajamos. Caminando horas y horas, pero también disfrutando de poder entregar un lápiz, una tela, una mochila o un sweater a quien no puede comprárselo. Disfrutando de sus sonrisas, del agradecimiento de la gente local, de su respeto y admiración por llegar a estas zonas remotas y compartir algunos días con ellos.

Este año comenzamos un proyecto nuevo de generación de recursos en zonas con un alto índice de tráfico de niños. La idea es crear recursos agrícolas y ganaderos que en el futuro puedan contribuir a que los padres puedan alimentar a sus hijos, mandarles a la escuela y no tener que depender de nosotros. Las plataneras y las piñas ya están creciendo y cuando surja el fruto, posiblemente sea la primera fruta que coman estos niños en sus vidas.

Me siento muy feliz por todo lo hecho, por cómo lo hacemos, por toda la gente que hace posible que lo hagamos… y esos son muchos de ustedes. En una nueva despedida, algo emocionado, solo puedo darles las gracias. También rogarles que hablen de nosotros a quien pueda permitirse ayudar,  necesitamos cada año ampliar unos 50 socios nuevos para poder cubrir costes y asumir una inflación que ronda el 10% en Nepal. Nuestra familia ha crecido gracias a ustedes, al boca a boca… y eso también me hace feliz, ser recomendados… por seriedad en el trabajo y entusiasmo en el corazón!!

Un fuerte abrazo a todos; hay razones para dibujar sonrisas en nosotros mismos.

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