Una de las labores más importantes que realizamos en las aldeas es la de sensibilizar  a la población local sobre temas varios de vital importancia como: higiene, planificación familiar o gestión de recursos.

Hay algunas familias que apenas tienen recursos,  y lo poco que ganan no lo gestionan bien y buena parte se va en comprar Raksi (un licor local que fermentan los propios campesinos), cigarros y refresco. Durante los talleres les demostramos que si hicieran una buena gestión de su dinero, podrían tener un fondo mínimo para emergencias o para comprar comida cuando su granero se vacía.

Por darles un ejemplo, en una aldea donde recientemente hicimos un taller se presentó el caso de una familia humilde con unos recursos medios de 60 euros al mes y un huerto para abastecerse seis meses de maíz. Al desglosar el gasto mensual éste fue el resultado:

  • Comida: 33 euros
  • Ropa y calzado: 4 euros
  • Medicina: 2 euros
  • Educación: 4 euros
  • Licor local: 10 euros
  • Tabaco: 3 euros
  • Refresco: 2 euros
  • Snacks: 2 euros

Hay que tener en cuenta que hablamos de gente que, en su mayoría, no saben leer o escribir, que se han criado en ambientes donde sobrevivir es lo más importante y donde el único aliciente que tienen es el alcohol, el cigarro, un refresco  o el sexo. Con esto no quiero justificar el gasto o los hábitos, pero simplemente aclarar que son personas que no han tenido una educación básica o algo que se le parezca y cuyo instinto es el de supervivencia y “pocas luces” para pensar en el mañana, una urgencia o invertir ahorros en generar más recursos.

De ahí la importancia que tiene poder hablar con ellos de estos temas; ser muy prácticos en el desarrollo de talleres y animarles a que ahorren para no tener que recurrir a préstamos en casos de emergencia, para invertir en semillas o ganado o para atender enfermedades de los niños que presentan una alta tasa de mortalidad en zonas rurales.

No es fácil esta labor, a veces tengo la sensación de que por mucho que lo intente explicar, el texto y las fotos no reflejan el grado de ignorancia, de brutalidad, de suciedad, de inocencia o de pobreza. Aun así, lo intento, porque esta falta de sensibilización a veces causa muertes, tráfico infantil o violencia en el hogar que afecta sobre todo a niños y mujeres.

Por eso lo seguimos intentando, y lo bueno es que vemos resultados, y eso nos anima a seguir adelante, a seguir andando, a seguir compartiendo días con ellos, aunque haya que dormir en el suelo, caminar siete horas o comer solo maíz cocido con agua (dhero) y acelgas.

Muchas gracias a todo el personal local nepalí que realiza estos talleres y a todos los que colaboran con Educanepal para que los niños tengan una infancia más digna.

 

Un fuerte abrazo y mucha paz

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