Este año hemos comenzado a colaborar en tres aldeas con algunos de los índices más altos de tráfico de niños en Nepal. Lo hemos hecho no solo ofertando a los niños el material escolar necesario, sino también comprándoles ropa de abrigo para el invierno, una mochila para poner los libros y tiempo para jugar con ellos, escucharles, sentirles. Tenemos como objetivo poder llegar a cuatro aldeas más en el 2018, y ese es mi deseo en la carta a los reyes magos.
Mientras espero con ilusión que algo me traigan y podamos ampliar esta familia, solo tengo palabras de agradecimiento para todos aquellos que me acompañan en esta aventura desde hace ya 15 años, o que se han sumado en algún momento sintiendo que lo que hacemos vale la pena. He visto emocionarse a mucha gente en sus visitas a Nepal, en alguna charla, en algún taller, incluso en algún concierto o simplemente leyendo algún mensaje de los que mando. Ser testigo de esa emoción es posiblemente de lo más bonito que vivo en mi día a día….y todo siempre acompañado de ánimos, cariño y atenciones miles. Me siento muy bien acompañado, querido, apreciado… y quiero hoy compartir todo ese cariño y aprecio con mi familia, con todos los voluntarios y todos los colaboradores y amigos que han puesto algún granito de arena para poder seguir contándoles historias de emociones, sonrisas y paz interior.
Paz en mí es lo que más anhelo, el tesoro más preciado, y es lo que le deseo a todos en estas Navidades, que surja una inmensa paz que nos desborde y dibuje una sonrisa inmensa en nosotros que vayamos mostrando por la calle. En nombre de toda la familia Educanepal
Feliz Navidad… y gracias por estar ahí, tan cerca…!!