Hace ya 18 años que llegué a Nepal y me enamoré de este país: la serenidad de su gente, la sonrisa de los niños, el verde de los campos de arroz, las casas de barro y piedra.
Pero aparte de su belleza, me impactó y sobrecogió el ver a niños con apenas 7 años picando piedras, trabajando en cantinas o siendo explotados en fábricas textiles donde les daban de comer y una pocas rupias para comprar golosinas.
Lo más que me tocó el corazón fue conocer a chicas d entre 13 y 16 años que habían sido engañadas con falsas promesas de trabajo y vendidas a burdeles en India por apenas 50 euros.
Esta realidad, que afecta a miles de niños en Nepal, me llevó a fundar Educanepal, y desde entonces todos mis esfuerzos han tenido como objetivo el lograr que estos niños y niñas tengan una infancia cerca de sus padres y no se vean forzados a dejar sus aldeas por la pobreza extrema en que viven: sin ropa, sin zapatos, sin comida muchos días y, cuando hay, se limita a una harina de maíz cocinada con agua.
Empecé escolarizando 170 niños con mis propios ahorros y a día de hoy, con la ayuda de todos nuestros socios y colaboradores, podemos cubrir gastos de escolarización de cerca de 3.000 niños y tener a 47 niñas acogidas en dos residencias.
Esto se consigue con mucho esfuerzo diario de gente local que me acompaña en Nepal y voluntarios en varios puntos de España que dan a conocer nuestra labor e intentan animar a la gente a colaborar con nosotros. Todo ha sido logrado gracias al boca a boca de gente que ha estado aquí, que confía en nosotros, que ve dónde se gasta el dinero y se cercioran de que realmente estamos logrando que miles de niños no acaben siendo traficados.
Gracias mil a los que son parte de esta familia, y ojalá estas Navidades surja más gente que quiera ayudarnos a seguir dibujando sonrisas. Con una cuota de 10 euros mensuales podemos cubrir gastos escolares de 7 niños.
Un fuerte abrazo desde Nepal