Hola a todos,

No se si recuerdan a Nita. Hace ya algunas semanas que visitamos a su familia en Bikutar, no tienen casa, apenas comida y viven bajo un techo de heno. En su día les comenté que les habíamos llevado provisiones para dos meses y que nos estábamos planteando sacar a Nita, de doce años, por el riesgo que corría de ser traficada y que desapareciese como sucedió a una hermana suya hace ya dos años.

Hace tres semanas que volvimos a visitar al padre, Kam Sing Lo, ya con la decisión tomada, después de consultar con asistentes sociales locales, de traernos a Nita a nuestra casa de acogida. En un principio tanto el padre como Nita no estaban muy contentos con la decisión, pero Kam Sing Lo, entendiendo finalmente que era lo mejor para Nita, accedió a venir con nosotros para que fuera más fácil traer a su hija.

El padre pasó con nosotros una noche. Estaba preocupado por su hija, pues pensaba que se daría a la fuga desde que él se fuera al día siguiente. Yo le dije que intentara convencer a su hija de que era lo mejor para ella, y que así nos daría tiempo para buscar una solución a largo plazo para la familia.  Al día siguiente fuimos a comprar con él provisiones para otros dos meses y al despedirle le dijimos que buscara un terreno en el pueblo donde poder construir una casa y plantar algún cereal y verduras para alimentarse.

Nita, a mi regreso a la residencia, cuando vió que su padre no volvía conmigo, se quedó enfadada durante varios días. Apenas comía y apenas hablaba. Le explicamos cómo queríamos ayudar a su familia, que su vida corría peligro allí, y que desde que ayudáramos a su padre a construir la casa volvería con su familia. Aun así seguía triste por no poder estar cerca de su familia.

Hace dos días que Bhim y Kumar fueron a visitar a Kam Sin Lo para ver las opciones de comprar un terreno. Estando con él le dieron un teléfono para que hablara con su hija. Le contó lo feliz que estaba por ver, con esperanza, un futuro para sus hijos desde que se compara el terreno, que habían recibido muchísima ayuda por nuestra parte y que no debía preocuparse por ellos. Desde entonces, Nita sonríe, ayuda en todas las tareas, habla con todas las niñas y se la ve feliz.

Un nuevo reto surgirá en breve, en abril, cuando comience un nuevo curso escolar. Nos gustaría fuese a la escuela, que aprenda a leer y escribir, pero está tan acostumbrada a la vida en el bosque y lejos de la civilización que no sabemos si aceptará. Complicado lo veo, pero en ese caso intentaremos buscar horas sueltas para que aprenda un mínimo que le permita luego acceder a nuestro curso de costura.

Hace tres semanas tenía dudas de si habíamos actuado correctamente con Nita, y me preocupaba que se fugara de la casa de acogida. Ahora verla sonreír y sentir esa sonrisa de felicidad es un gran regalo para mí y todo el personal local. Nos sentimos muy felices de asumir retos, sobre todo cuando tienen un final feliz, y éste lo va a tener, porque la situación de esta familia nos conmovió, y estamos haciendo todo lo posible para que pronto podamos reunificar a esta familia y que Nita pueda abrazar a su padre y hermanos.

Para ustedes también un fuerte abrazo, y gracias mil por permitirnos asumir retos, ofertar abrazos, sonrisas y una vida más digna a gente que vive en la más absoluta miseria. Gracias por estar ahí… y estar ahí permite muchas cosas lindas!!

 

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