Hola a todos,
Hace ya cuatro años que Educanepal colabora con Antar Dristi, una ONG que recoge y rehabilita a niñas que han sido violadas o abusadas sexualmente.
Recientemente, junto a nuestro personal local, hemos realizado diversos talleres de sensibilización en varios colegios y colectivos de mujeres sobre qué es abuso sexual y cómo pedir ayuda. Es un tema tabú en Nepal y no es fácil abordar estos talleres, pero tanto el personal de Antar Dristi como nosotros hemos hecho un esfuerzo por diseñar un programa ameno, sencillo y claro que deje claro dónde el roce y los tocamientos comienzan a ser abuso. Queda mucho por hacer en este sentido en Nepal, pero nos alegra ver la buena recepción de los talleres, donde todos coinciden que deberíamos hacer llegar esta información a cada rincón del Nepal. Antar Dristi está en ello, y nosotros seguiremos apoyando sus acciones en el distrito de Makwanpur.
Hace algunos meses, las chicas que se forman en costura en nuestro refugio cosieron trajes para las niñas acogidas en Antar Dristi, y así no solo atendemos necesidades básicas y defendemos derechos básicos de los niños, sino que las niñas se sensibilizan de los problemas, hablamos de ellos y tenemos la esperanza de que todo el que pase por nuestro proyecto no se beneficie solo de educación o algo material, sino también de ver cómo pueden contribuir a crear una sociedad más justa y solidaria.
Mi deseo personal es que nuestra labor en las distintas aldeas, colegios y casas de acogida contribuyan al desarrollo personal del individuo, y que sean modelos de buena convivencia, respeto y amabilidad en la sociedad. Para mí, de poco sirve educar o hacer proyectos si no se “trabaja” también a la persona. Es el egoísmo y la falta de consciencia del ser humano el que provoca los abusos, el tráfico y la explotación laboral de niños y tantos otros dramas en este mundo. A mí me gustaría vivir en un mundo sin fronteras, sin certificados de posesión, donde cada ser humano se vea en el otro, se reconozca en el otro y vivan en comunión desde la infancia. Será una utopía… echando un vistazo a la historia del ser humano y a cómo está organizado hoy el mundo, pero creo vale la pena intentarlo, de hecho, creo que nada más tiene tanto sentido en la vida como sentirnos uno con ella, regresar al hogar, donde no hay principio ni final, no hay formas, no hay tú ni yo, solo una inmensa paz resonando… una inmensa calma que despierte corazones que no puedan desear mal a nadie.
Un fuerte abrazo… y feliz verano!