Hola a todos,

Si hace unos días hablábamos de semillas, higiene y educación sexual, hoy toca centrarnos en los talleres que hacemos en las aldeas con los niños y sus padres. Son zonas con un nivel de pobreza extremo, donde comer es la prioridad y donde la ropa y el calzado son un lujo. Los padres no entienden de educación, no ven para qué sirve, tratan a sus hijos como ellos fueron tratados, en un mundo donde hay que sobrevivir.

Aquí no se atienden emociones, sentimientos. Un lujo del “progreso” y el estado de bienestar. Aquí hay que ir a por leña, a pastorear y trabajar en los campos de maíz. Hay que ir a por agua, cortar hierba para el ganado, cocinar con leña, lavar ropa a mano, cargar estiércol a tus espaldas… y tantas tareas del día a día.

¿Qué podemos aportar nosotros? Ánimo; simplemente con llegar a ellos y pasar unos días juntos. También jugamos con los niños y charlamos sobre sus emociones, su día a día, el amor, el trato de los padres, y algunos vicios como fumar y beber, que son el único aliciente de muchos padres que se criaron en esta cultura donde el alcohol es parte del día a día.

Con los padres hablamos de sus hijos, de cómo les puede afectar su comportamiento, sus hábitos… y nos miran con cara de asombrados al descubrir que es verdad, que los niños tienen sentimientos. Evidentemente, esto hay que tratarlo con suavidad, con mucho tacto, pues nadie les enseñó, y solo podemos animarles a cambiar ciertos hábitos por el bien de sus hijos y el suyo propio.

Vamos de aldea en aldea poniendo nuestro granito de arena para que estos niños no sean traficados, que tengan un hogar donde se les trate con cariño y puedan en un futuro crear familias más saludables y con mejor criterio a la hora de cuántos hijos tener o de mandar a un hijo/a a trabajar fuera de las aldeas. En estas zonas no se consiguen cambios de la noche a la mañana en todas las familias, pero vemos cambios y esto nos da confianza en lo que estamos haciendo, nos da ánimo para seguir. Por el simple hecho de que una niña no acabe en un salón de masajes o teniendo que emigrar a países árabes donde muchas son abusadas vale la pena los esfuerzos. Y sabemos que no es una, son muchos los que están teniendo la oportunidad de tener una infancia digna. Gracias a todo el personal local por sus esfuerzos, a todos los voluntarios en España que vuelcan sus esfuerzos en actos benéficos, a todos esos profesores que animan a sus alumnos a colaborar con nosotros, a tanta gente que nos apoya con sus cuotas mensuales, sus palabras de ánimo, su cariño. Todo eso hace posible que podamos hacer lo que hacemos y que yo lo cuente. Gracias… y un enorme abrazo a todos.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.+ info

ACEPTAR
Aviso de cookies
Translate »