Namaste,
Hoy nos deleitan las niñas de nuestra casa de acogida con un baile de cosecha propia, creado durante las últimas semanas de confinamiento. Pasaron días ensayando y recortando papeles de colores para decorar la habitación.
No dejan de maravillarme, tanto ellas como cuidadoras. No pierden la sonrisa, las ganas de crear, de expresarse, de divertirse. Sus movimientos y desparpajo dejan entrever que cada día hay menos vergüenza, menos miedos, más confianza. Me siento muy feliz de hayamos podido ofertarles este refugio de paz donde no solo tiene techo y comida, sino también la posibilidad de estudiar, formarse, ayudar en cocina, sembrar semillas, recoger sus frutos, cuidar de las vacas, conocerse a sí mismas y desarrollar la creatividad.
Muy agradecido siempre a todo el personal local en Nepal y a todos los colaboradores en España que forman parte de esta familia. Seguimos Dibujando Sonrisas.
Un fuerte abrazo.