Sunita Syangtan tiene unos once años. No estamos seguros de su edad por no contar con papeles oficiales de su nacimiento. Hace unas semanas que llegó a nuestra casa de acogida tras ser violada por un chico de 18 años.
Sunita vivía con su tío, Narayan. Su padre está en prisión por un delito de tráfico de drogas y su madre la había abandonado hace años tras casarse con otro hombre. Según la declaración de la niña a la policía, estaba sola trabajando en una plantación de plátanos cuando ocurrieron los hechos. Luego no volvió a casa de su tío y la policía la encontró bajo un puente. Tras averiguar lo sucedido arrestaron al joven, cuyo caso está pendiente de juicio, y se pusieron en contacto con nosotros para acogerla.
Se ha adaptado bien a nuestra casa. Ya el hecho de tener tres comidas diarias, una cama y ropa para vestirse es algo que pone una sonrisa en cualquier niño que haya pasado hambre. Pero también cuenta con nuestro remedio terapéutico más efectivo: el cariño de las otras niñas que viven en la casa y de las cuidadoras. Eso es un bálsamo que ha aliviado el trauma de casi todas las niñas que han llegado a esta casa. Algunas se sienten en casa a los dos días, a otras les lleva semanas, alguna hemos tenido que seguimos trabajando con ellas por las secuelas tan graves de su abandono o maltrato, pero no hay duda de que la confianza, la armonía, la escucha y el cariño son básicos para el crecimiento de cualquier niño.
Como Sunita, con antecedentes de abuso sexual, contamos con cuatro niñas más que llegaron en este el último año y para quienes buscamos una madrina o padrino que nos ayude con los costes que ascienden a unos 100 euros mensuales por niña. Con cuatro personas aportando 25 euros (cuota actual de apadrinamiento) cubriríamos esos gastos. ¿Te animas? O si ya colaboras ¿Conoces a alguien que pudiera permitírselo y no sepa de Sunita? Otra forma de colaborar es también haciéndose socio por 10 euros, y esos fondos también cubren gastos de la casa de acogida así como los gastos de escolarización de otros niñ@s que viven en aldeas remotas cuyos padres no pueden comprarles un cuaderno o un lápiz para ir a la escuela.
A veces, el mero hecho de hablar con alguien puede cambiar la vida de una persona, dibujar una sonrisa en su cara. Sunita está con nosotros gracias a muchos de ustedes, y la única manera que tenemos de que esta información llegue a otras personas “son ustedes”. Para colaborar y tener más información sobre Educanepal pueden acceder a nuestra web: https://educanepal.org
Gracias por estar ahí, un abrazo y lindo día