Namaste,
Hace unos días despedimos al último grupo de chicas que se han formado en costura con nosotros. Chicas entre 14 y 18 años que habían abandonado la escuela por falta de recursos y que viven en zonas muy remotas donde no tenían acceso a ningún tipo de formación.
Pasaron seis meses en nuestro nuevo refugio, una casa vieja de barro y piedra que rehabilitamos y donde ellas también colaboraron a montar las camas y revestir de barro la cocina de leña junto a nuestro personal local. Fui testigo durante tres meses del esfuerzo diario que hacían para progresar, de sus sonrisas, de sus penas, de sus anhelos, de su gratitud con todo el personal local de Educanepal. Me emociona compartir estas fotos al recordar cada día, desde el “buenos días” cada mañana que entraba a la oficina, hasta los ratos que compartían alguna intimidad o rogaban ayuda para poder montar un taller de costura al volver a sus pueblos.
En la despedida fueron acompañados de Sumitra Kaphle, Kedar Acharya, Samikchia y otros miembros del comité local de apoyo a nuestro proyecto. Quiero agradecer a Kedar, nuestro director local, y Samikchia, la cuidadora, por todos sus esfuerzos diarios para que estas niñas tuvieran, no solo una formación adecuada, sino que también aprendieran de la convivencia diaria, de los talleres de crecimiento personal y de cada dificultad que surge en la vida. También agradecer a Sumitra el cariño y apoyo hacia estas niñas y sus esfuerzos para que podamos trabajar en Nepal con honestidad, seriedad y, sobre todo, con el corazón desde el que surgió este proyecto.
Suelo desear siempre paz y amor para todos, pero hoy también deseo que cada una de ellas pueda ganarse pronto un sustento con las habilidades aprendidas. Estaremos pendientes y arropándolas.
Gracias mil a todo el personal local por cada día de esfuerzos, gracias mil a todos los socios y simpatizantes de Educanepal sin cuya ayuda y ánimos esto no sería posible.
Un abrazo y lindo día
