Namaste,
Hace ya dos semanas que volví a Nepal. De vuelta al valle de Katmandú y la estampa de los Himalaya desde la ventanilla del avión. De vuelta a las carreteras polvorientas llenas de baches. Y de vuelta a mi hogar aquí, donde me esperaban las niñas en acogida, las cuidadoras y Kedar con una tarta sorpresa para celebrar mi cumpleaños y el regreso. No se puede pedir mejor bienvenida que el cariño que todos me trasmiten aquí.
Desde entonces cada día lo he aprovechado al máximo para ponerme al día con Kedar, nuestro coordinador local y hablando personalmente con el personal local, las niñas de costura, las niñas de la residencia universitaria, sus cuidadoras. En fin, la familia más cercana que me rodea aquí, en este trocito del planeta donde ya contamos con tres residencias y nuestra sede. El sueño de estar todos en el mismo espacio hecho por fin realidad.
La semana que viene comenzaremos la evaluación de todas las actividades con el personal local y en breve también planificaremos el próximo año y comenzaremos a ver el presupuesto que necesitaremos. Este fin de semana disfrutaré de estar aquí, con las niñas, del verde, del canto de los pájaros, del silencio, de las risas, de la inocencia, de la Vida.
Desde aquí, siempre agradecido a todos los que colaboran con nosotros y hacen posible este día a día, les deseo mucha paz en la mente y alegría en el corazón.
Un fuerte abrazo,