Lasang, de 14 años en la actualidad, nació tras solo seis meses de gestación. Logró sobrevivir aun cuando sus padres no pudieron ofrecerle una asistencia médica tras el parto. Más adelante, con solo un año y medio, sufrió quemaduras severas al caerse sobre unas brasas ardiendo en su casa. Su madre lo había dejado con su hermana y hermano para ir a trabajar, pero en un descuido Lasang cayó y tuvo que ser un vecino que escuchó su llanto quien lo rescató. Sus padres no tenían dinero para pagar el tratamiento para las quemaduras en un hospital, así que lo trataron con remedios tradicionales en la aldea donde viven, al este de Hetauda. Las heridas no se curaron bien y Lasang ha vivido con dolor desde entonces, aparte de no poder caminar bien y no poder calzarse unas sandalias debido a la deformidad en sus pies.
Tiene dos hermanas y dos hermanos, siendo en total siete en la familia. El terreno que tienen solo les da para alimentarse cuatro meses, y sus padres consiguen un poco de dinero trabajando como jornaleros si sale algo de trabajo, o haciendo cestas de bambú. Con este panorama Nangsal, la hermana mayor, lleva dos años trabajando 16 horas diarias en una fábrica textil en Katmandú donde cobra unos 80 euros al mes. Con una parte cubre sus gastos y el resto lo envía a su familia para ayudarles a costear el gasto en comida y productos esenciales como jabón, aceite y sal.
Cuando supimos sobre su situación decidimos llevar a Lasang a un hospital para ver si se podía hacer algo para aliviar el dolor. Tras un examen el doctor dijo que con cuatro intervenciones de cirugía plástica podría recuperar algo de movimiento, llevar sandalias, sujetar objetos con la mano izquierda y tener menos dolores. El 19 de marzo se sometió a la primera operación del muslo izquierdo. Al habérsele administrado anestesia general, tendrá que esperar tres meses para la próxima intervención.
Mientras se gestionaban las vistas y las distintas pruebas a las que fue sometido antes de la primera operación, también logramos averiguar que el estado ayuda con parte del coste de las operaciones. Si no hubiera sido por nosotros, Lasang, cuya familia apenas tiene para alimentarse, nunca habría podido tener esta oportunidad para aliviar su dolor y poder moverse con algo más de comodidad.
A pesar de que ha perdido años de estudios, ahora cursa en 4º de primaria; le hemos animado a que siga con sus estudios y le hemos garantizado que le daremos una beca para que pueda sufragar todos los gastos escolares. Nuestra ilusión es que pueda llegar a la universidad y le animamos a que siga con su lucha para poder tener una vida algo menos dura.
Gracias a todo el personal local y a todos los socios y colaboradores en España que hacen posible que podamos ofertar esta ayuda de emergencia cuando surgen casos como el de Lasang.
Un abrazo y lindo día a todos