Ruth Praya nació hace tres meses, pero su madre falleció hace un mes. Tras el parto, con solo 22 años, comenzó a perder movilidad de cintura para abajo y, tras visitar varios hospitales donde no sabían qué le pasaba, acudió a uno en la ciudad más cercana, donde le diagnosticaron un tumor cerebral y un ritmo cardiaco muy bajo. A su marido, Ram Prasad Praya (26), le dijeron que no podían hacer nada por ella. Un trabajador social de la zona nos alertó de este caso y fuimos a visitar a la familia.
Para Ram la vida ha dado un giro drástico. Ya era duro mantener a sus tres hijos, pero sin su mujer y un bebé recién nacido ha tenido que recurrir a su madre y a su cuñada para atender a Ruth durante el día, mientras él trabaja. Su hija mayor, Arpana, tiene 7 años y su hijo Aran 5. Ambos van al colegio local en la aldea donde viven. Tienen un terreno pequeño que les da para comer tres meses al año y Ram se gana la vida en el río cercano cargando tractores con arena y piedra para una empresa constructora. No es un trabajo fijo y ahora, sin su mujer, tiene que dedicar tiempo también a cocinar y cuidar de sus tres hijos.
Con este panorama decidimos actuar inmediatamente, comprando una leche especial para Ruth, ropa de abrigo y dándole a Arpana y Aran el material escolar y la ropa que necesitaban para poder ir al colegio. Haremos una visita mensual para seguir ofertando la ayuda que haga falta y aliviar así la presión sobre Ram. También nos alegramos del apoyo que recibe de su madre y de su hermano y su cuñada, quien ha asumido esa labor de madre en la medida en que puede. El padre nos contaba que Aran pregunta a diario por su madre, y que le han dicho que ha ido a visitar a unos familiares y volverá pronto.
Esto es parte de nuestro día a día. No es fácil siempre aliviar el sufrimiento o no sufrir también al tenerlo delante, pero no nos podemos quedar llorando, hacemos lo que podemos y eso nos alivia también a nosotros.
No me canso de compartir, por una parte, para acercar la realidad diaria a todos quienes apoyan nuestra labor y se sienten felices de sentirse cerca. Por otra parte, es el día a día lo que puede animar a la gente a colaborar con Educanepal. No contamos con presupuesto para campañas de marketing, solo contamos con el esfuerzo diario por llegar a quien más lo necesita, así que todos pueden colaborar compartiendo esta labor y animando a quien pueda a hacerse socio para que podamos seguir contándolo. Un buen momento para ayudarnos a dibujar sonrisas.
Un abrazo y gracias por estar ahí