Hoy les dejamos con las palabras de Nacho, colaborador de Educanepal en Canarias, durante su visita al proyecto de Educanepal:
«Hoy hace ocho días que estoy en la casa de acogida que tiene Educanepal cerca de Hetauda y ya me quedan pocos días para marcharme. Me cuesta describir lo que estoy viviendo en pocas palabras porque es mucho lo que esta casa representa, pero puestos a intentarlo son dos los aspectos que más me han llamado la atención.
El primero es que la casa de acogida donde viven las niñas junto con sus cuidadoras es un remanso de paz. La ternura con que se tratan entre sí destaca por encima de todas las cosas. Ver cómo se peinan unas a otras después de la ducha, el cariño con que tratan a la pequeña Isa, de 3 años, o verlas salir por las mañanas juntas cogidas de la mano en dirección al colegio son detalles que llaman poderosamente la atención. En nuestro mundo “civilizado” eso no es lo normal, máxime cuando todas las niñas proceden de realidades muy duras.
El segundo aspecto a destacar es que todo está medido hasta el último detalle. El horario de levantarse por la mañana, el rato de meditación de las tardes donde cada una se sienta en un lugar concreto, el turno en el que se levantan con coger la comida en el comedor o los turnos de tareas en la casa son meros ejemplos. Por otra parte todo está siempre en orden y las habitaciones donde duermen entre 4 y 6 niñas están perfectamente recogidas. Este orden no es en absoluto negativo, pues es -junto con el cariño que se respira- el elemento fundamental para que todo fluya en armonía.
Pero no es solo la casa de acogida lo que representa Educanepal, sino todo un proyecto destinado a mejorar la vida de miles de personas y del que apenas he tenido un atisbo. Por una parte he podido visitar alguna de las aldeas remotas donde se hace entrega de material escolar a las niñas y niños, así como cursos de sensibilización a los padres. Ambas medidas van mucho más allá de evitar el abandono escolar, sino que contribuyen a prevenir el trabajo infantil, la alcoholemia e incluso el tráfico de niñas y niños. Por otra parte he podido conocer alguno de los muchos casos de chicas que pueden estudiar una carrera gracias a Educanepal, así como a la ONG Hirannya Nepal, dedicada a dar refugio a niñas víctimas de explotación sexual, y que se mantiene gracias al apoyo económico de Educanepal. Ver a esas niñas entre 7 y 17 años que son capaces de reír y ponerse a bailar después de haber vivido lo que han vivido no tiene precio.
Tengo claro que vivir esta realidad en primera mano no tiene nada que ver con leer este texto y ver las fotos que lo acompañan. Sin embargo, aunque sólo pueda trasmitir una mínima parte de lo que este proyecto representa, no quiero dejar de hacerlo, pues sin tu ayuda nada de esto sería posible. GRACIAS.»