Continúan los esfuerzos de nuestro personal local por llegar a las zonas más remotas del Nepal para poder distribuir el material escolar tan necesario para estos niños puedan estudiar. Pero no solo eso, pues una vez en las aldeas aprovechan para reunir a los padres, madres y docentes para alertarles de cómo funcionan las mafias del tráfico infantil y cómo mejorar la calidad de la educación dentro de las aulas.
Hoy, a escasas horas de volver a Nepal, simplemente quería agradecer a todo el personal local por sus esfuerzos y a todos los miembros del comité local de RUHEL que apoyan están labor diaria. También agradecer a todos los voluntarios y voluntarias de Educanepal que tantos esfuerzos hacen por poder organizar eventos benéficos, desarrollar actividades de difusión de nuestra labor y gestionar toda la parte administrativa. Y cómo no, gracias mil a todos los socios, padrinos, empresas e instituciones que apoyan nuestra labor porque sin vuestro apoyo económico (y también el cariño y ánimos que muchos me brindan) sería imposible seguir avanzando.
Vuelvo a Nepal con la sensación de tener a gente maravillosa a mi lado que hacen posible que podamos ayudar a quien más lo necesita en Nepal. Gracias mil por estar ahí, por ayudarnos a dibujar sonrisas.