Namaste,

Hace unos días estuvimos repartiendo material escolar en la aldea de Lamitar, al este de Hetauda. Me alegra poder terminar el año y empezar uno nuevo tan cerca de los niños y niñas que necesitan nuestra ayuda para poder tener una educación. Se van sumando años y pronto serán 25 desde que llegué por primera vez a Nepal, así que al poder contarlo un año más siento un agradecimiento inmenso a todas las personas que hacen posible que podamos seguir trabajando directamente con quien más lo necesita en Nepal.

Muchas gracias por estar ahí, por los ánimos, por la generosidad, por vuestro tiempo y por el cariño que me llega también de muchos de ustedes. Todo cuenta para que el día a día sea una realidad.

Un fuerte abrazo y mucha paz para comenzar este nuevo año.         

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