Namaste, (de vuelta ya en Gran Canaria)

Antes de regresar a casa tuve la oportunidad de compartir un momento muy especial con las niñas de nuestra casa de acogida. En el 2024 habíamos detectado que el gasto en la casa había superado los fondos presupuestados, así que, aparte de hablar con el personal local sobre las causas y cómo hacer en un futuro, se me ocurrió hablarlo también con las niñas y ver si ellas mismas no sugerían alguna idea para rebajar costes.

Tras realizar un juego para introducir el tema y explicarles un poquito la situación, ellas mismas señalaron las principales áreas de gasto: salud, educación, comida, higiene y productos del hogar, ropa, transporte. Luego, tras realizar otro juego para hacer grupos, debatieron las distintas ideas que se les ocurría con sus compañeras y anotaron las que consideraron más apropiadas.

Me alegró mucho ver, por una parte, la madurez con que se tomaron la situación y, por otra parte, el entusiasmo con el que compartían sus sugerencias y concluían sus listados. Tras el tiempo para finalizar sus propuestas cada grupo comentó sus sugerencias, las cuales yo iba anotando en la pizarra. Fue muy ilusionante escucharlas, ver cómo argumentaban y contrastaban cada sugerencia. Al final quedó esto reflejado en la pizarra: 

  • Cuidar mejor del material escolar, incluyendo ropa escolar y mochila.
  • Reducir las clases de apoyo (tiene de una a tres horas de apoyo según el nivel).
  • Servirse solo la comida que van a comerse.
  • Mejorar la gestión del huerto para consumir más productos propios.
  • Reducir el consumo de miel, mantequilla y aceite.
  • Cuida mejor la ropa de casa.
  • Cuidar mejor su propia salud (abrigarse en invierno, no caminar descalzas y descansar cuando hace falta)
  • No dejar luces encendidas y racionalizar el consumo del agua.

Esto no ha quedado en meras palabras, la mayoría de estas sugerencias se están llevando a la práctica y las niñas llevan ya varias semanas demostrando que se puede ahorrar un poquito sin suprimir las necesidades básicas y simplemente teniendo un poco más de cuidado. Sabía que podíamos contar con ellas, pero me ha sorprendido con que seriedad se lo han tomado, recordándose a diario a otras apagar las luces o no abrir los chorros de agua demasiado.   

En fin, cositas de nuestro día a día que demuestran que los niños y niñas responden positivamente a las iniciativas en las cuales se les hace partícipe. De paso, tuvieron una lección experimental de «gestión de presupuestos».

Un abrazo y mucha paz para todos,

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