Namaste,

La semana pasada contamos con la visita de Carme, Clara Eugenia y Sonia. Pasaron unos días compartiendo ratitos con las niñas que tenemos acogidas, con las que se forman en costura, acompañándonos en un taller de higiene y distribución de material en dos escuelas y rematado con un picnic con todas las 34 niñas en acogida, nuestro personal local y miembros de la junta directiva local. 

Para mí es un regalo poder compartir el día a día con quienes se acercan, aún más si es gente que lleva años colaborando con nuestro proyecto y esforzándose por poder sacarlo adelante. Detrás de todo lo que han visto hay una dedicación total, una ilusión inmensa y también muchas emociones que no siempre han sido fáciles de gestionar, de ahí que valore mucho el haber podido compartir, con un poquito más de profundidad, esta aventura de crear un mundo más cercano a nuestro corazón.

Les dejo con algunos comentarios que me dejaron antes de volver a España.     

«¡Qué gratitud más grande me ha brindado esta visita a Nepal!

He podido ver y, sobre todo, sentir lo que José intenta transmitirnos con fotos y vídeos.

La realidad los supera con creces. Nuestro trabajo merece la pena. Nuestros niños y niñas están felices; una de ellas me dijo: «gracias por cuidarme y quererme».

Es muy difícil plasmar con palabras el sentimiento de satisfacción que me llevo de este país que me ha dado y me da tanto. Gracias por haberte cruzado en mi camino Jose.» (Clara Eugenia)

«…hoy escribo después de haber compartido este tiempo con Jose, las niñas, cuidadoras y personal de oficina; es algo que llena el alma. Allí se respira paz, alegría e inocencia, aun sabiendo la mochila que carga cada niña. Cierro los ojos y aún escucho algún «Sonia Miss», siempre con una sonrisa y esos abrazos que hacen que te emociones.

El visitar una aldea, después de horas caminando y encontrar que te reciben niños, padres, madres y profesores que te agradecen una y otra vez la labor de este proyecto. Muestras de agradecimiento como aplausos, collares de flores y cientos de «Dhannyebad (gracias en Nepalí)», con los que es imposible aguantar las lágrimas.

Todo lo vivido en Nepal, hace que me sienta orgullosa de pertenecer a Educanepal y como no, dar las gracias a la persona que ha hecho posible esta maravilla.» (Sonia)

«…muy difícil tarea la de expresar todo lo vivido durante estos días con vosotros, toda palabra es poca.

Estos días en Saraswoti he vivido un sueño hecho realidad. He podido sentir con sus sonrisas su felicidad. Gracias por hacer de un grano de arena un mundo mejor.» (Carme)

Gracias a ustedes por venir, por todo lo compartido. Y gracias a todas y todos los socios y padrinos que hacen posible que podamos dibujar sonrisas en tantos niños y niñas de Nepal.

Un abrazo y mucha paz para todos,

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