Conocí a Fulmaya hace ya ocho meses, tras un reparto de material escolar en una de las aldeas remotas donde trabajamos. Andábamos de camino a visitar a unos niños en situación de riesgo cuando pasamos por su casa y nos invitó a entrar y beber agua. Me dijo que había dejado de estudiar con 15 años por falta de recursos (llegó a 4º de la ESO) y que quería aprender a coser para poder ganarse la vida. Cuando se hizo la selección de nuevas niñas para formarse en costura fue una de las elegidas, y ha convivido con nosotros los últimos seis meses junto a otras seis chicas que también habían abandonado sus estudios por no tener un colegio cerca o no poder costear el gasto escolar.

Hace unos días, tras finalizar el curso, las despedimos con una entrega de diplomas que les ayudará a poder generar ingresos estableciendo pequeños talleres de costura en sus aldeas. Unos días antes de marcharse Fulmaya me comentó que su ilusión era poder ayudar a su hermana más pequeña para que pudiera llegar a terminar los estudios de secundaria.

También me comentó que, aparte de haber aprendido a coser, la convivencia durante seis meses con las otras chicas y los talleres de crecimiento personal que realizaban por las tardes también eran un regalo inmenso para ella por lo que siempre estaría agradecida. Me dijo que había aprendido a perder el miedo a hablar en público y a expresar lo que siente, a gestionar su tristeza, sus miedos, la ansiedad, la frustración. Se sentía mucho más segura de sí misma y eso también le ayudaría a tomar decisiones en el futuro.       

Siempre que se va un grupo de chicas nos conmueve ser testigos de su emoción, de sus lágrimas, de su agradecimiento, de sus ganas de progresar y de su fortaleza. No es fácil ser mujer en Nepal, se las ha cridado para servir: para cortar hierba, cocinar, lavar la ropa, llevar las cabras a pastar, criar niños y cuidar de sus futuros maridos y suegros. De ahí lo importante que es esta labor de empoderamiento de mujeres a través de la formación vocacional para fomentar la igualdad y apoyarlas a creer en sí mismas. Esta labor se complementa con la escolarización de niñas entre 3 y 13 años, las becas para estudiar secundaria y la labor de sensibilización con padres y madres.

Si alguien quiere sumarse a colaborar con Educanepal para que cada vez más niñas puedan estudiar puede hacerlo a través de las distintas vías de colaboración que ofrecemos en nuestra web: https://educanepal.org/como-colaborar/

EDUCANEPAL ha sido declarada de Utilidad Pública según Orden del 4 de mayo del 2011 del Ministerio del Interior del Gobierno de España y todas las donaciones tienen bonificaciones fiscales.

 

Un abrazo y mucha paz para todos,

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