Sasina tiene 13 años y cursa en la clase 8 (equivalente a 2º ESO). Su familia vive en la aldea de Jyanmire, donde sus padres sobreviven con un búfalo, unas pocas cabras y un huerto donde plantan millo y alguna verdura.
Cuando cumplió los 11 años, Sasina, como muchas niñas en Nepal, estuvo a punto de dejar sus estudios por no tener un colegio de secundaria cercano a su casa. Jyanmire está situado en una zona de montaña de difícil acceso y a cinco horas caminado del colegio de secundaria más cercano en Gitawar. Gracias a la rehabilitación de unas aulas de emergencia construidas después del terremoto del 2015, Sasina pudo instalarse en el mismo colegio junto a otros 45 niños y niñas de aldeas remotas y sin recursos para costearse alojamiento.
Recientemente Sasina se ha instalado en la nueva residencia estudiantil que hemos construido en un terreno cercano al colegio. Ahora hay un total de 85 menores que tienen la oportunidad de estudiar gracias a este nuevo proyecto de Educanepal. Recientemente estuve de visita para supervisar las obras y ver a los nuevos inquilinos e inquilinas ya instalados en sus habitaciones nuevas. Para ellos es un sueño hecho realidad el poder continuar con sus estudios y eso quedaba reflejado en la expresión de sus caras, sus sonrisas y el agradecimiento tan grande por poder, no solo estudiar, sino también convivir con otros compañeros y compañeras con quienes comparten cocina, cama o aula.
Comparto mi emoción con todos ustedes porque no es fácil el día a día, conseguir los fondos, lograr que se construya según lo planeado (aún pendiente de los baños) o asegurarnos de que son los más necesitados quienes se benefician. Además, comparto porque es también vuestro proyecto y sin vuestra ayuda no habría sido posible, como todo lo que hacemos a diario para llegar a los niños y niñas más vulnerables en Nepal.
Gracias mil por estar ahí…por ayudarnos a dibujar sonrisas que llegan al corazón.
Un abrazo y mucha paz para todos.
