Hola a todos,

Hace tres días que llegué a Gran Canaria, después de casi 28 horas, entre vuelos y horas de espera en aeropuertos. Volver a casa siempre conlleva una emoción especial: el encuentro con la familia, con los amigos, las sensaciones varias de un mundo que dejaste atrás, lo recuerdos de la infancia y juventud que anidan en lo más hondo de mi ser… Me llevará algunos días adaptarme a este mundo, pero la actividad continúa y espero poder aprovechar este tiempo para poder verme con todos aquellos que lo deseen, y poder llevar Nepal a todos los colegios y colectivos donde haya un interés por la labor que realizamos a diario. En este sentido, les pido ayuda para convocar encuentros donde crea pueda ser interesante dar a conocer nuestro proyecto. Somos una familia pequeña y los apoyos surgen del boca a boca, del entusiasmo con el que trabajamos, del contacto que yo pueda tener y mi capacidad para conmover y entusiasmar. Así que animo a todos a que me utilicen!

Antes de venir tuvimos la grata visita de Simón y Úrsula, colaboradores de Educanepal que están enamorados del proyecto y disfrutan con poder ver a su niña apadrinada y al resto de niñas que tenemos acogidas en nuestra residencia. Simón trajo 20 flautas y se dedicó tres tardes a que aprendieran las notas básicas. Su entusiasmo contagió a las niñas y tras mucha práctica, del escándalo se pasó a notas tocadas con precisión y claridad. También visitaron nuestra aula de costura y Úrsula se llevó algunas prendas hechas por las niñas para regalar a sus amistades (el beneficio de ventas nos ayuda a financiar el curso).

Desde mayo nuestro personal local se halla inmerso en el reparto de material escolar en las 30 aldeas donde trabajamos en la actualidad. Este trabajo implica, no solo el reparto a los niños, sino también reuniones con padres y profesores para explicar el sentido de la ayuda y solicitar su colaboración para que ningún niño abandone las aldeas en busca de trabajos mal pagados donde se abusa de su inocencia e ingenuidad.  Aprovechamos también para redactar planes de mejora de gestión en los centros y para hacer seguimiento a los cerca de 120 niños becados en secundaria.

Es un lujo contar con el equipo que tenemos en Nepal, cuya profesionalidad y dedicación me permiten que pueda pasar cierto tiempo aquí cerca de mi familia e intentando motivar a algún corazón que nos ayude a mantener este proyecto. Cada semana recibo un informe de actividades y, gracias a la tecnología, tengo comunicación directa con la casa de acogida.

Un fuerte abrazo a todos y gracias mil a quienes nos apoyan con sus ánimos, esfuerzos, dedicación o aportaciones mensuales.

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