Ayudar es acción. Así comenzó todo. Vi a unos niños picando piedras y quise llevarles a la escuela. Conocí a niñas que habían sido vendidas por 30 euros y me puse manos a la obra para que no se traficara con más niñas en las aldeas de Makwanpur, el distrito donde paso seis meses al año en Nepal.
Comencé con mis ahorros y con la ayuda de algunos familiares y amigos. Después de cerca ya de 19 años, son muchas las personas que actúan a diario para seguir previniendo que un niño acabe en la calle o una niña en un prostíbulo. A diario hay gente en Nepal caminando por veredas vertiginosas para llegar a las aldeas donde viven los niños más vulnerables al tráfico infantil. A veces podemos ir ciertos tramos en guagua, o alquilar un tempo (carricoche de tres ruedas en foto) para llevar los sacos de gofio local (mezcla de harinas tostadas de trigo, millo y garbanzos) con el que ofertamos un desayuno simple a los niños. A veces no queda otra que caminar largas cuestas, sudar mucho y beber mucha agua para hidratarse. Pero se hace todo con un entusiasmo enorme, a sabiendas de que sin los materiales escolares que repartimos, sin el desayuno, o sin las visitas mensuales que hacemos a cada aldea, sería muy difícil conseguir el objetivo: que los niños no deban abandonar sus aldeas y familias por pobreza o sean engatusados por mafias que se aprovechan de tal precariedad y de la ingenuidad de los padres.
A diario hay gente en España que voluntariamente hace todas las gestiones administrativas necesarias para poder trabajar legalmente, que gestionan las redes sociales para que estén informados de todo, o que llevan las cuentas de ingresos y gastos. Otros que organizan eventos solidarios, o nos ayudan cuando hace falta mano de obra extra. Muchos, que con sus aportaciones mensuales, ponen su granito de arena para comprar libretas, lápices, mochilas, máquinas de coser y tantas cosas que hacen falta para poder brindar una infancia digna a cerca de 3.000 niños en Nepal.
¿Cómo es posible que tanta gente (unas 600 personas que forman parte de esta familia directamente) esté actuando a diario, ayudando a diario, ofreciendo su servicio a diario? Me gustaría pensar que todos tenemos la misma motivación: sentirnos unidos por un sentimiento de amor que nos empuja a actuar cuando está en nuestra mano hacerlo. Y eso es muy lindo, eso es maravilloso, y me hace sentirme inmensamente feliz, el poder ser partícipe de esta labor que pronto cumplirá 20 años de vida. Vida de entrega total, pero también de felicidad total al ser testigo a diario de un gesto tan hermoso como es ofertar una infancia algo más digna a miles de niños.
Con un cacharro de gofio y agua hemos logrado doblar el número de alumnos escolarizados en 15 aldeas, llegando a 1.500. Nos gustaría poder ofertar ese desayuno a los 3.000 que tenemos escolarizados en total. No tengo otra forma de llegar a la gente que dando charlas, visitando escuelas o escribiendo. Si ustedes me ayudan a difundir lo que hacemos, y cómo lo hacemos, posiblemente haya más gente que se una a esta familia. Gracias mil a todos por ser partícipes de este día a día. Gracias porque ha sido el boca a boca de muchos de ustedes lo que ha hecho realidad que, de 150 niños con los que empecé en el año 2000, hoy hablemos de 3.000. Gratitud infinita en nombre de todas las sonrisas que hoy en día tienen un cuaderno, un lápiz, una escuela, un hogar o una formación que les permite ser autónomos.
Un abrazo y lindo día a todos