Fue el 17 de agosto del año 2.000 cuando me subí a un avión en mi primer viaje a Nepal. Iba por dos años a trabajar como voluntario formando a profesores, y nunca imaginé que ese viaje cambiaría mi vida hasta el punto de crear eventualmente Educanepal y seguir hasta hoy, centrado en la labor de llegar a quienes más lo necesitan en el distrito de Makwanpur.
Compartir las anécdotas y reflexiones diarias ha sido una constante de estos veinte años. Hubiera dado para siete u ocho libros si recopilara cada texto donde compartía el día a día con quienes nos han acompañado y acompañan en la distancia. Y eso ha sido lo más bonito, cada día vivido, cada encuentro, cada sonrisa, cada lágrima. Poderlo compartir y ver crecer esta familia de la nada. Ver los esfuerzos de tanta gente, tanto en Nepal como en España, que fueron parte del comienzo y nos dieron impulso hasta hoy.
Y hoy, veinte años después, me acuerdo de esos primeros años… y aparte de mucha nostalgia, siento un profundo agradecimiento a todos los que se acercaron cuando estaba solo, cuando todo era un sueño… y poco a poco lo fuimos haciendo realidad. A todos ellos y a los que hoy siguen ofertándonos cariño, ayuda, trabajo voluntario o ánimos… Muchísimas gracias por permitirme vivir ese día a día.
Un fuerte abrazo