Una vez pasado el monzón y sus lluvias torrenciales, nuestro personal local ha vuelto con más ánimo y entusiasmo a la labor de reparto de material en las aldeas más remotas del distrito de Makwanpur. Cada día es un cúmulo de aventuras pues, solo llegar a estas aldeas por veredas y caminos que serpentean ríos y enormes barrancos y montañas supone un degaste enorme, que compensa una vez llegamos a cada aldea y comenzamos a repartir el material escolar que necesitan los niños y niñas para poder ir al colegio.
También se aprovechan las visitas para realizar actividades varias con ellos que les ayuden a conocerse, a relacionarse, a respetarse y a verse como iguales independientemente de casta, género o posición social. Sus padres ayudan en todas las labores de reparto y son los que más agradecidos se muestran por que sus hijos e hijas puedan tener una educación primaria.
En los últimos 20 años hemos podido cubrir los gastos de escolarización de unos 50.000 menores en aldeas donde se traficaba con ellos para utilizarlos como mano de obra barata. Nuestra ayuda ha sido un revulsivo para prevenir la explotación laboral en tantas aldeas como lo permite nuestro presupuesto. La ilusión por dibujar sonrisas sigue siendo la misma y así lo demuestra nuestro día a día, cada gesto, cada gota de sudor, cada esfuerzo.
Gracias a todos los que son parte de esta familia y colaboran para que pueda continuar esta labor tan linda, tan necesaria, tan gratificante.
Un abrazo y mucha paz para ti,