Hola a todos,
Ya queda menos para volver a Nepal. Se nota en cierta aprensión, algo de nervios y una mayor sensibilidad. Siempre cuesta despedirte de la familia, los amigos, la seguridad que da estar cerca de la gente que te quiere. Quizás la edad también me hace cuestionarme cosas que hace años no eran destacables: ¿Qué necesito yo? ¿Qué anhelo? ¿Qué debería darme a mí mismo? ¿Por qué me cuesta cada vez más vivir entre dos mundos? ¿Por qué anhelo una compañera?
Temas para reflexionar en el avión de vuelta a Nepal el próximo jueves. Pero, tras las preguntas, y una vez solo ante el mundo, siempre surge la serenidad para observarme, para sentirme, para abrazar cada sensación y dejar que surjan las respuestas o la acción adecuada. No siempre es sencillo mantener esa atención en cada sensación, emoción o pensamiento; pero debo insistir, sacar las fuerzas. Se trata de mi vida, nuestras vidas, y se sufre mucho cuando no hay orden, cuando no hay claridad, cuando no hay espacio, libertad, amor. Así que me deseo fuerzas para no perderme de mi vista y les deseo mucha paz y tranquilidad.
Doy gracias a todos los que se acercaron a las charlas, a los actos benéficos que realizamos, a los que me acompañan en el retiro y todos lo que se sienten parte de la familia Educanepal y aportan sonrisas, entusiasmo, ánimos o cariño. Doy gracias también a todo nuestro personal local en Nepal, que sigue llegando a las aldeas para entregar el material escolar del próximo trimestre, para hacer juegos y talleres con los niños. Que supervisan las obras de una nueva residencia para niñas que, por edad, deben abandonar la casa de acogida. Pronto ya estaremos juntos planificando el 2019, disfrutando del verde, el canto de los pájaros y la convivencia con las niñas de nuestro Hogar de Paz.
Un fuerte abrazo y mucha paz….!!
